miércoles, 16 de marzo de 2011

CORRUPCION: CONDICION NATURAL DEL HOMBRE O NECESIDAD COMPETITIVA DEL INDIVIDUO




Atendiendo a la comprensión paradigmática del asunto en cuestión, hoy en día parece desaparecer la perspectiva psicológica y dar lugar a las económica y política.
Desde hace algún tiempo se ha dejado de lado aquello de “la naturaleza humana”; por el contrario se ha adelgazado el tema que en años atrás no muy lejanos, eran iluminación tanto de los estudios psicológicos, como de la estimulación ético-filosófica en el modus vivendi del individuo.
Hoy contrario a esto, se recurre a otros estudios tales como los antropológicos, y biológicos; pero en todo caso la superioridad la llevan teorías económicas, mercados y la competitividad empresarial que sucumben al individuo. Recurrentes competencias, juego al que más gane, sin importar como ganen.

Vale decir que no solo la explosión de necesidades emergentes en el actuar de las juventudes han procesado sus conciencias, cambios tan radicales de los valores sociales que se transforman en conductas aberrantes dentro de la ilegitimidad e ilegalidad de sociedades en las que embullen el utilitarismo ya no salvaje, sino sofisticado y el individualismo apabullante. Todo concebido desde el poder económico.

Así, un sistema individual que compromete los comportamientos humanos, su aprendizaje, su motivación, sus objetivos, no surgidas precisamente de esa cultura interior de su propio ser, sino de una cultura basada en la objetividad, la de ver hacer, la cotidiana, la vivida y compartida en el barrio, en el parque, en la escuela, en la universidad y por supuesto, la audiovisual propagada en los medios de comunicación; donde solo funcionamos como observadores, algunos, estos los que como Harry Haller, vivimos al modo del lobo estepario, en constante angustia, el drama de la íntima solidaridad, pero atados. Los que vivimos en esa estepa íntima donde los temores son más que los propios instintos y las  esperanzas. Vivimos preguntándonos que es lo justo es nuestra propia estepa y si son alcanzables las de otros. En el marco de lo justo. Al menos, me respondo con una de mis propias justificaciones: Que cosa diferente puede hacer  un animal en cautiverio, a mas de levantarse, menear la cola y enlanguidecer una mirada fija pero huidiza.

Muchos de nosotros, esteparios, bajo una tapia pesada,  oscura sin paso, tan solo poseedores de una vista al viraje ardiente de la corrupción.

¿Nuevos valores sociales? Nuevos actos de las renovadas teorías económicas, ahora llamadas “COMPETENCIAS”
Para no llegar tan lejos, me bastó re-pensar en las respuestas argumentadas, que uno de los prestigiosos empresarios de la construcción (fase III de transmilenio), entrevistado en la noche de ayer (15 de marzo), cuyo encargo según él, le vació en parte los bolsillos, el pago de comisiones o coimas, que se le anticiparon como obligaciones anexas a lo contratado; y esto, como todas las cosas que trascienden en mi alma, me convocan a escribir, me inducen a reflexionar, algo así como la coexistencia en mi de lo sagrado, lo misterioso y lo inefable.
No es para menos, re-pensar también de que están hechos los hombres de hoy. Qué tipo de necesidades y emociones mueven a ese ser mezcla de lobo y de diablo. Que monstruo viene construyendo la sociedad económica, que subasta la conciencia humana, que se atreve a endilgarle a la naturaleza humana, la corrupción.
Y la ética, entonces? La ética del funcionario que debe controlar, la del legislador?
Un  poco más allá de lo trivial, me condujo a ojear algunos planes de estudio,  encontrando casi que desestimada la ética. Lo importante es gerenciar y competir.

En todo caso, quienes hacemos de lobo estepario, tendremos que continuar admitiendo la corrupción como un valor agregado al avance de las ciencias económicas, tendremos que convalidar las actuaciones basadas en poder de políticos en funcionarios de alto rango y por supuesto el poder funcional que otorgan las armas; como el látigo del domador frente al animal de circo.
Es decir tendremos que matar el tiempo, “como se mata por amor”, amando la mano de quien nos intimida. De verás es hoy la corrupción una necesidad competitiva del hombre?


ROSAURA MESTIZO MAYORGA

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