lunes, 20 de junio de 2011

GATOS


CONFESIONES DE GATO-LINO


Un día de septiembre cuando corría el viento dispersando recuerdos de los niños de verano, yo estaba en la poste de la Vía Pietro Manzi, temblando.

Todos pasaban y se me quedaban mirando, eran tan grandes y tan diferentes!… nadie tenía algo en común conmigo. Me aterraba su tamaño. Yo no tenía mamá; quizás me había abandonado; no sabía comer ni que se comía, menos como buscarla. Tal vez mi destino estaría vagabundeando, como muchos hermanos; o como farandulero gato en la T.V. siendo explotado.

Cuando me quejaba a través de mis miaus, una niña se acercó, me miró, yo retrocedí, doble mi dorso y sin voluntad creí que me estaba atacando. No señores; los ojos de la niña me cautivaron. Ella me llamó dulcemente, gatito, ¿qué te pasa gatito? ¿Por qué estás solito? Me sentí pechichado; y por mi malicia gatuna me sentí a salvo.

Ella afinó su oído, quería comprender mis miaus, y en mi lenguaje gatuno decía: estoy solo, estoy en peligro, estoy asustado.

Con el tiempo he aprendido, a ir al veterinario, me cuesta!, me cuesta! detesto que me abran la boca y me tiren la lengua, que me introduzca no se qué cosa por el ano, que me limpien el pelo, ¡carajo! ¡ con mi lengua siempre estoy trabajando!

No entiendo a los hombres: limpian la casa con fragancias que me están irritando, y las mujeres… ¡vaya las cuentas! Contando, contando, con los perfumes, que Oscar de la Renta, que Carolina Herrera, que son importados.

Ahora voy a visitas, dizque para que vaya socializando…. Miauuu! De los niños comprendo el berrinche. Pobres de ellos, pues como a mí, ponen sus manotas sucias sobre mi cabeza, “Hola gatito”, “que lindo gatito” “cuanto tiene el gatito”; ¡vaya atrevidos! Tengo que jugar a ser educado, pues ser hipócrita es mejor que estar enjulado.

A la hora de la cena y ante los invitados: ¡zape gato! ¡Fuera gato!, cuanto me gustaría saltar a la mesa y atracar los olores. Mientras que ellos felices siguen comiendo y bebiendo. No lo duden señores, muchas veces lo he pensado.

Pero, ¡claro!, yo estoy satisfecho con eso que dan los humanos, pues peor sería la vida vagabundeando, y no por la escasez de comida o por el sitio en que me quede pernoctando. No, no señores. A ningún gato le agrada doblar la espina en cualquier lado, o lucharse una alacena con ratones guarros. Puff!!! Es de pura resistencia que sigan, mi cabeza tocando.

Por eso cuido el sombrero, este que me ha salvado de caricatura de gato; como Garfield, cambiado por un parmesano, o Tom, convertido en gato malo, o como ese otro pobre gato, el Félix, quien lleva más de 90 años trabajando; sus dos productores dinero ganaron y ni una pensioncita han Félix pagaron. Por fortuna, esta chica me salvado y feliz paso la vida ronroneando. Es ella, mi sombrerito mágico. Gracias, Caro-lina.

R0saura Mestizo Mayorga

domingo, 12 de junio de 2011

LAS PSICOFONÍAS DEL MATRIMONIO

De esas inspiraciones que llegan tras las historias de vida, como la que oía esta tarde mientras esperaba recuperar el brillo azul de mi carro. Contemplando el rostro de Manuel, el hombre del lavadero, que carga como muchos de todas las esferas sociales con esa amargura que causa el maltrato, que a veces creemos impenetrables en los hombres, y nos olvidamos de sus sentimientos.

En Manuel asomaba un brillo extraño que inundaba el café de sus ojos, la angustia de los labios, no daban tregua a sus palabras atropelladas para contar su historia.

Todo comienza con esas crisis en las parejas cuando no les alcanzó el amor para cumplir con lo prometido ante Dios: “Acompañarse y ayudarse hasta que las muerte los separe”. Porque el amor les falló o murió primero. Pero se resisten a admitirlo y pretende mantenerse juntos creando un amor violento; y uno u otro a su manera pretenden edificar el desamor; paradójico es decirlo: un amor a la fuerza; un amor degradante, y para conquistarlo cambian las palabras dulces por la aspereza y el hielo.

“De hecho decía Lutero en su obra: (De las cuestiones del matrimonio): nadie puede negar que el matrimonio es una cosa externa y mundana, como la ropa y la comida, la casa y el hogar, sujeto a autoridad mundana, como lo demuestran tantas leyes imperiales que lo rigen”. Suena rudo este juicio, porque la Fé equivale a confiar en la totalidad de creencias, principios y pensamientos que hacen parte del fiel o creyente en una religión, lo cual valida creer en los testimonios. Por esta razón los ritos del matrimonio pueden equipararse a unas psicofonías, esas frases que se cobran fuerza diariamente, que por la fé ata al maltrato mutuo de muchas parejas en el tiempo. Que obligan a cargar con una cruz.

Las palabras rituales del matrimonio, toman fuerza mágica. Manuel relataba llevar 10 años de matrimonio,todo fué muy lindo, dice y sonrie; de vestido blanco, torta, y banda del pueblo, algo por lo alto, no niega haberse casado enamorado y confiando en que era la mujer de sus sueños, con gusto por encontrase en los ojos de un hijo.

Entró por su libre voluntad en el compromiso obligado de un buen católico, pero Vera su esposa no quedaba embarazada, solo pasados 4 años el “señor lo quiso”, dice. Usted sabe uno tiene la ilusión de tener sus hijitos como lo manda Dios, repetía Manuel, por fin llego el chino, aun que con algunos problemas bronquiales, que hizo que Vera dejara de trabajar para atenderlo y por supuesto… pues yo tenía que rebuscarme por los dos y ahí es donde comienza el calvario señora querida: Para Vera mis horas extras de trabajo, eran horas de amigos y de farra, después eran “las mozas”, Con Vera se apagaron los besos y las miradas se cruzan para recriminarnos.

Yo ahora no quiero llegar a la casa, la angustia se me atraviesa en la garganta, pero me desahoga la necesidad de mi hijo, me falta la presencia del chico, se que necesita mi acompañamiento, sobre todo por que como todo niño le aficionan los carros y mi trabajo lo mira de héroes. Por el estoy allá.

Carlitos anda en los 6 años y ya ha comenzado la escuela. A veces me hace unos juicios que me dejan atontado y me asustan, ¿puede un niño saber tanto de la vida? Por ejemplo mire usted un sábado en la tarde, un par de clientes no llegaron al lavadero a las 6:00 p.m. a recoger sus carros y pues tenía yo que esperarlos, soy el administrador; ellos llegaron pasadas las 7:00 p.m., y como supondrá usted, viajar de la Calle 45 a Lijacá, se lleva su tiempo. Carlitos entonces me esperaba en la puerta de la casa, con los brazos cruzados, tenía una mirada de hierro encendido y me dijo: “Ah, por fin llega? ¿Le dio permiso la mujer de venirse?. Si usted no viene temprano nos vamos con mi mamá a donde no nos encuentre!, yo no sé señora, si Carlitos pueda pensar eso por cuenta propia.

Manuel siguió contando su historia, pero hasta aquí fue suficiente; entonces sumé recuerdos de otras historias parecidas, en mi ejercicio profesional y encontré argumentos suficientes para escribir sobre el tema, pues antes había dudado de la veracidad de los relatos de algunso clientes, para que negar, pero venido de Manuel que no sabe a que me dedico y seguro no tendrá como solucionar una separación legal, de el percaté su dolor sin ningún costo, ¿cómo dudar?

Cuando una pareja católica decide de su libre voluntad casarse, la alianza se cristaliza en las palabras rituales de uno u otro esposo; claro, hoy en día, hablan más los novios que el sacerdote, no podría estar muy segura si es para otorgar mayor participación a la comunidad, o para trasladar la responsabilidad a la pareja y evitar a la iglesia mayores murmuraciones.

Veamos, dentro del ritual del matrimonio quedan palabras mágicas, que con el tiempo se vuelven psicofonías “Lo que Dios acaba de unir que no lo separe el hombre;,” ¿Están dispuestos a recibir con amor los hijos que Dios les dé, y a educarlos según la Ley de Cristo y de su Iglesia?-Si acepto-; “recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad”. Entonces estas promesas mutuas por arte de magia y a falta de presencia física de Dios como abogado, empodera a uno u otro de la pareja, y se hacen exigencias en nombre de Dios.

Vera, la mujer de Manuel será una mujer de casa, supongo que ahora que Carlitos va a la escuela ella podría trabajar y ayudar un poco en la economía, pero la irascibilidad y sus juicios de valor frente a Manuel han roto no solo el compromiso ante su Dios sino que seguramente a ella también hace rato se le murió el amor, por eso quizá Vera, usa y abusa de Carlos para procurar retener a Manuel a su lado, quiere mantener la mundana costumbre de mostrar marido, a ese hombre que hace rato la olvido, que dejó de verla con la musicalidad propia del enamoramiento, que posiblemente ha olvidado de qué lado respira en la cama.

Se dice que no hay algo más cruel, que ignorar la presencia de alguien presente. Esto deja huellas tan profundas que como dice Joaquín Sabina en unos de sus mejores poemas musicalizados “A este ruido, tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón, podrido de latir”; y puede ocurrir que se agredan o se abandonen físicamente, pues de todo lo demás hace rato se olvidaron.

He sido severa en mi ejercicio profesional con esos hombres que han rehusado a sus deberes de padres, con aquellos que han escondido hasta su estómago con el propósito de justificar la carencia de trabajo para evitar una mínima cuota de alimentos o de aquellos que creen que la madre de sus hijos come por la misma boca de ellos.

Sin embargo, aquí me refiero a otros casos; a esos como el de Manuel-padre, con toda la disposición de amar a su hijo, pero con la limitación y la amenaza que ya Vera le ha notificado a través de las palabras de Carlitos “nos vamos con mi mamá a donde usted no nos encuentre”. ¿Qué tantas Veras usan a sus hijos como instrumento de batalla para retener a su lado a ese hombre que solo es sombra en la casa? ¿Qué tantas Veras manipulan la alegría de los padres para ver a sus hijos? Qué tantas Veras esconden los bebés al derecho de los padres para verlos y reconocerlos? Podría asegurar que son muchas Veras, podría asegurar también que los hombres que buscan a sus hijos, que los aman, nunca se separarán de ellos, aun cuando ya no, amen a sus mujeres.

Pero no solo ocurre en las parejas casadas. Muchos y muchas sin estarlo, pretenden blindar un supuesto amor a una circunstancia, a un encuentro casual o porque no, a una intención, y usan a sus hijos con el mismo fervor de maltrato.

Mujeres, de algo se dee ser conscientes, defender la dignidad va mas allá que sobrecoger un falso matrimonio, ser digno implica también ser astuta, permitir que el hijo por si mismo descubra las cualidades y defectos del padre; que se nutra de sus ilusiones; tener presente que el amor de padre es diferente al de esposo o novio; que ese amor no nos casó; que los hijos crecen y mas nos reconocerán, sin viejos rencores; y por sobre todo, libérese del desamor. Déjelo ir, mas tarde se lo agradecerá usted misma.



ROSAURA MESTIZO MAYORGA

jueves, 2 de junio de 2011

ESPEJO

“Hoy la aguapanela para el desayuno está riquísima, le he puesto hojitas de yerbabuena y de menta”, decía contenta y con voz de ópera todos los días a los 6 niños.
Ella, la mayor de los hermanos de una familia campesina, fue responsable de los hermanos cuando sus padres dejaron de serlo y fueron convertidos en cruces. Sus padres habían sido positivos de la violencia de los años 50.
Tenía claro que la misión estaba reducida a ir tras el pan y las contiendas para mantener viva la historia de su madre. Cuando asomó a los 12 años y recreaba sueños adolescentes con las dos cúpulas erguidas, anunciando gacelas alegres en su cuerpo y el cantón del sexo floreciendo, seguro estaría ella en el puerto preciso para caminar los pasos del amor sobre un espejo.
Ahora a los 35 cumplidos comprendía que lograrlo, estaba a una distancia tan indeterminable como conseguir cada año unos zapatos nuevos. Sin embargo, un 29 de Junio (día de fiesta religiosa) partió en el primer campero del mercado, rumbo a la ciudad grande, a la de los muros que llena de sueños a los hombres descalzos, a los mismos que viven entre las zarzas y crepúsculos, donde las sombras de los árboles jadean al ritmo de los instrumentos de sus propios vientres y el color de las tardes son del color de los sueños de los niños.
Ella iba resuelta a buscar su propio pan en la ciudad de las luces postizas; quería enfrentar todas las esperanzas, las propias y las heredadas desde los años de infancia.
De puerta en puerta y a diario, ella tocaba cada esperanza y solo encontró una muchedumbre anémica, calles vacías de chicharras y pericos que celebraran su paso con los berridos; negocios prendidos de música estruendosa que nada decían ni al corazón ni a los oídos; mujeres semidesnudas ebrias y hombres desajustándose las braguetas con la intención de plantar un pequeño tallo, pero ella no veía la tierra lista para la siembra, tan solo cemento.
Una noche, durmiendo entre cartones, escuchó la voz doliente de un hombre joven y tan flaco que parecía disecado como los cueros de los conejos de monte que su padre clavaba en el patio...¡ cúrame, mi alma duele ! Ella corrió con la ignorancia de su auxilio, volteó una tras otra procesión de basuras a su paso; se sintió de pronto común a ella, lloró, miró al cielo, mientras dentro de sus piernas sentía el fuego de un demonio.
Ella, al igual que la madre volvió a su tierra, con desesperanzas. Regresó si. Pero regresó, con ojos de menguante.
Al otro lado, ella no alcanzó nada.

Rosaura Mestizo Mayorga

domingo, 29 de mayo de 2011

FRONTERAS/ ARRUGAS

“Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien…”

Desde que Francisco regresó a la casa paterna, tararea a diario los versos de este viejo tango. Vino del servicio mercenario en lejana guerra.

No supo cómo o cuando se le pasaron los años, en 30, no distinguió la noche del día, efectos propios de las artificiosas luces que produce la guerra.Tampoco vió a menudo su rostro, quizás una que otra vez en el pozo azul del agua marina. Lo vió hudizo.


Francisco regresó a casa, cuando la madre había abandonado los 70 y el padre avanza sobre los 80. Fue hijo único, privilegio para algunos o desastre para otros, -según dicen-.

Del corazón del padre, había aprendido a pescar la bondad que tienen las estrellas y de la madre a celebrar las dificultades con armónicas sonrisas.

A Francisco le sedujo la distancia y la gloria, por eso vendió los brazos, las piernas, vendió también la parte de sus padres. Vendió todo. Así que su rostro fue
camuflado por años con los colores de la guerra.

Cuando Francisco decidió el lunes 2 de mayo aceptar la oferta, no le tembló la voz, ni el corazón se alteró; su decisión fue tan fría, que la mañana siguiente nació helada.

Pasaba por los primeros 25, cuando invitó a sus padres después del desayuno al pequeño balcón que mira en las tardes a los niños jugar al fútbol. Le indicó a cada uno su lugar.

"aquí no hay nada que hacer, este diploma solo es presencia ahorcada en la pared, por eso ella respira. A mí no me ha dado nada. Ya no seré funcionario público. ¡Me voy!. Sentenció".

La madre empalideció y pasó el brazo por la frente, sintió que el solo anuncio de Francisco se le llevaba medio vientre y para evitar que las palabras de ruegos se le escaparan en la valija del hijo, cerró la boca.

El padre caminó alrededor de la silla dejando caer el rítmico sonido nervioso de los dedos sobre ella; después, dejó perder la mirada entre las vigas y eligió una, quizás ella tuviera la edad del hijo. -¿Quién puede imaginar que los restos de un árbol crecen, lloran con los niños y también se arrugan?-; y ahora, eran los ojos de Francisco que seguían el mismo y los ancló quizás, en el mismo punto incierto del viejo. Solo vio una viga, ni siquiera un objeto, un simple algo envejecido, acaso -¿qué importancia podía tener las vigas que sostiene un techumbre?-

De pronto, como una ráfaga cayó la mano del padre sobre el hombre de Francisco y meneó la cabeza en señal de aceptación o ¿ resignación?. ¿Cómo reprochar la partida, si el mismo, de tiempo en tiempo lo había abandonado, y de cada viaje traía en su rostro y en sus manos el abono de fronteras?.

Dejó caer el silencio: podemos saber ¿a dónde vas y que harás?

Francisco sin saberlo, contestó como un lobo estepario: "A buscar futuro.Volvió a sentenciar.
¿A dónde Francisco, con quién?, sonó suplicante.

El buscaba una maldita respuesta que derrumbara las que vendrían y mientras llegaba, colocó las manos sobre el mantel blanco para sellar vida, en la casa paterna y marcar territorio de macho joven. Aventurero. No sospechó que sus manos no eran de el, eran de la guerra; que dentro de muy corto tiempo, días, quizás horas serían ajenas.

Cuando Francisco regresó a casa, venía cargado de símbolos, por supuesto ¿quién que viene de tierras extrañas e inhóspitas no los trae? y ¿quién que como Francisco vuelve de la guerra, no trae honores?

El reencuentro de los dos hombres, fue el de dos sombras deslizándose en un acantilado. La madre no estaba. Esa indefinida espera por Francisco cavaba diariamente mas fronteras; y un día cualquiera su corazón se apagó.

El padre había adquirido paso de fraile viejo; y el rocío de los ojos de encuentro multiplicaron los ríos en sus fronteras. Los ojos de Francisco se inmovilizaron. Por primera vez se notificaba de la marcha del tiempo.

Aquellas parcelas en el rostro del viejo, lo remontaron a las minúsculas raciones de alimento que le daba la guerra, y en las huérfanas huellas que dejaba la sangre sobre la arena.

El padre, no preguntó nada. Desde el mismo momento en que sus ojos se cruzaron con los de Francisco, supo que las fronteras del hijo, eran el futuro que él había ido a buscar. -¿Para qué preguntar?-

El padre tomó las ancianas sillas, desdentada una y coja la otra e invitó al hijo a ver partir el día, tan solo ha eso.

Al día siguiente, Francisco despertó de madrugada como en la guerra, quiso merodear la casa y comenzó por los objetos de la madre. Sobre una cómoda encontró el portaretrato de su primera comunión, reconoció los pájaros jóvenes y alegres, frente a un cirio blanco e inmaculado que sostenía el niño, también una flor; y en el fondo un nido que ganaba el color de los años. - Las fotografías como la virgen, son de esos cosas de casa que no revelan fronteras. Las fotografías nacen para los recuerdos y la virgen, cambia de color pero siempre es una joven pálida y anoréxica-.

Pero, ¿cuántas fronteras encontró Francisco de su rostro en la luna del portaretrato ?. -¡Cuantas reductas vidas! Cuántos símbolos parcelados! Cuántos infames honores!-; he impotente como una antílope salió de la habitación, buscó una silla y descargó el cuerpo. Cerró los ojos, repasó combates, histeria de mujeres, maldiciones de hombres, cuerpos de niños desnudos, bocas sin gritos, soldados aturdidos. Francisco quedó sumido en la pesadez de su propia atmósfera. Moría.

No, Patético era figurarse que el corazón como el de su madre huyera.
¡Carajo! ¿que he hecho de mi? reflexionó con impulso guerrero. Pero la parsimonia que trae el cansancio en el tiempo, tan solo le ha permito desde el balcón, el tarareo: "tengo miedo de las noches que pobladas de recuerdos encadenan mi soñar…

Y Francisco seguirá buscando los motivos de las bellas arrugas del viejo.


Relato inédito y registrado.


Rosaura Mestizo Mayorga

lunes, 23 de mayo de 2011

LA POBREZA CRECE

Mientras el país es invadida por el agua, cultivos y animales se pierden; a los niños se les niega el derecho a jugar con su tierra y hombre y mujeres se empobrecen, otros acaparan en sus arcas de Noé para la usura. Que lastra de descomposición !!!!!

jueves, 24 de marzo de 2011

PROSA SUECA


" La aurora boreal se retuerce como un dragón a través de la noche. Las estrellas y los planetas tienen que rendirsen al gran milagro de luz resplandeciente que, sin prisa, se abre paso por la bóveda celeste.
Viktor Strandgård sigue el camino con la mirada.
{Me pregunto si la aurora boreal puede cantar - piensa-.Como una ballena solitaria canta bajo el mar.}
Y,  como si su pensamiento la hubiera alcanzado, la aurora boreal se para un segundo. Interrumpe su interminable viaje. Observa a Viktor Strandgård con sus ojos frios de invierno. Porque allí tumbado, es bello como un ícono. La oscura sangre parece una aureola alrededor de su pelo largo, rubio, de Santa Lucia nórdica. Ya no se siente las piernas. Está adormilado. No siento dolor".


(Åsa Larsson)


Toda esta maravilla literaria, una prosa sencillamente aterradiora en belleza con lluvia de ilusiones ópticas; para entrar de lleno la autora en una de las tragedías mas escabrosas que se ocultan en la iglesia de la Fuente de Nuestra Fortaleza en el norte de Suecia.
Solo alguien que convive días y noches con la aurora boreal, que acompaña su danza al ritmo del viento, que se observan cara a cara, es capaz de derramar sobre ella estas palabras de miel.

No dejes de leerla si aún no lo han hecho.


ROSAURA MESTIZO MAYORGA (Comentario)

miércoles, 16 de marzo de 2011

CORRUPCION: CONDICION NATURAL DEL HOMBRE O NECESIDAD COMPETITIVA DEL INDIVIDUO




Atendiendo a la comprensión paradigmática del asunto en cuestión, hoy en día parece desaparecer la perspectiva psicológica y dar lugar a las económica y política.
Desde hace algún tiempo se ha dejado de lado aquello de “la naturaleza humana”; por el contrario se ha adelgazado el tema que en años atrás no muy lejanos, eran iluminación tanto de los estudios psicológicos, como de la estimulación ético-filosófica en el modus vivendi del individuo.
Hoy contrario a esto, se recurre a otros estudios tales como los antropológicos, y biológicos; pero en todo caso la superioridad la llevan teorías económicas, mercados y la competitividad empresarial que sucumben al individuo. Recurrentes competencias, juego al que más gane, sin importar como ganen.

Vale decir que no solo la explosión de necesidades emergentes en el actuar de las juventudes han procesado sus conciencias, cambios tan radicales de los valores sociales que se transforman en conductas aberrantes dentro de la ilegitimidad e ilegalidad de sociedades en las que embullen el utilitarismo ya no salvaje, sino sofisticado y el individualismo apabullante. Todo concebido desde el poder económico.

Así, un sistema individual que compromete los comportamientos humanos, su aprendizaje, su motivación, sus objetivos, no surgidas precisamente de esa cultura interior de su propio ser, sino de una cultura basada en la objetividad, la de ver hacer, la cotidiana, la vivida y compartida en el barrio, en el parque, en la escuela, en la universidad y por supuesto, la audiovisual propagada en los medios de comunicación; donde solo funcionamos como observadores, algunos, estos los que como Harry Haller, vivimos al modo del lobo estepario, en constante angustia, el drama de la íntima solidaridad, pero atados. Los que vivimos en esa estepa íntima donde los temores son más que los propios instintos y las  esperanzas. Vivimos preguntándonos que es lo justo es nuestra propia estepa y si son alcanzables las de otros. En el marco de lo justo. Al menos, me respondo con una de mis propias justificaciones: Que cosa diferente puede hacer  un animal en cautiverio, a mas de levantarse, menear la cola y enlanguidecer una mirada fija pero huidiza.

Muchos de nosotros, esteparios, bajo una tapia pesada,  oscura sin paso, tan solo poseedores de una vista al viraje ardiente de la corrupción.

¿Nuevos valores sociales? Nuevos actos de las renovadas teorías económicas, ahora llamadas “COMPETENCIAS”
Para no llegar tan lejos, me bastó re-pensar en las respuestas argumentadas, que uno de los prestigiosos empresarios de la construcción (fase III de transmilenio), entrevistado en la noche de ayer (15 de marzo), cuyo encargo según él, le vació en parte los bolsillos, el pago de comisiones o coimas, que se le anticiparon como obligaciones anexas a lo contratado; y esto, como todas las cosas que trascienden en mi alma, me convocan a escribir, me inducen a reflexionar, algo así como la coexistencia en mi de lo sagrado, lo misterioso y lo inefable.
No es para menos, re-pensar también de que están hechos los hombres de hoy. Qué tipo de necesidades y emociones mueven a ese ser mezcla de lobo y de diablo. Que monstruo viene construyendo la sociedad económica, que subasta la conciencia humana, que se atreve a endilgarle a la naturaleza humana, la corrupción.
Y la ética, entonces? La ética del funcionario que debe controlar, la del legislador?
Un  poco más allá de lo trivial, me condujo a ojear algunos planes de estudio,  encontrando casi que desestimada la ética. Lo importante es gerenciar y competir.

En todo caso, quienes hacemos de lobo estepario, tendremos que continuar admitiendo la corrupción como un valor agregado al avance de las ciencias económicas, tendremos que convalidar las actuaciones basadas en poder de políticos en funcionarios de alto rango y por supuesto el poder funcional que otorgan las armas; como el látigo del domador frente al animal de circo.
Es decir tendremos que matar el tiempo, “como se mata por amor”, amando la mano de quien nos intimida. De verás es hoy la corrupción una necesidad competitiva del hombre?


ROSAURA MESTIZO MAYORGA